La contaminación sónica en las zonas urbanas constituye un problema ambiental que afecta cada vez más a los ciudadanos en general. Las actividades humanas han sido siempre una fuente inagotable y continúa de sonidos; esto, unido al vertiginoso proceso de urbanización que ha caracterizado a las sociedades modernas, ha aportado a la civilización una nueva preocupación ambiental.
El aumento sistemático de las actividades comerciales e industriales, de las grandes ciudades , la elevada tasa de crecimiento de las viviendas, la pérdida de áreas verdes, la explosión demográfica, una mayor demanda de transporte público y privado, el aumento de lugares de diversión (bares y discotecas) son otras de las causas de la aparición de este flagelo que ha supuesto un impacto nocivo en lo que se denomina el ambiente sonoro del núcleo urbano y por defecto, en la calidad de vida de sus habitantes.
Los efectos producidos por el ruido pueden ser fisiológicos, como la pérdida de audición, y psicológicos, como la irritabilidad exagerada. El Ruido perturba las distintas actividades comunitarias, interfiriendo la comunicación hablada, base de la convivencia humana, perturbando el sueño, el descanso y la relajación, impidiendo la concentración y el aprendizaje, y lo que es más grave, creando estados de cansancio y tensión que pueden degenerar en enfermedades de tipo nervioso y cardiovascular.
Quiere saber si tus empleados están sometidos a una contaminación acústica nociva, si la empresa está cumpliendo con las normas ambientales nacionales e internacionales, si dentro del residencial que vive el ruido emitido está dentro de las normas ambientales, comunícate con nosotros en J&J ConsultingSAS, contamos con un equipo técnico especializado en contaminación acústica y tecnología de punta.
Autor
Jocelin Ciprian, M.Sc.
Especialista en Salud y Seguridad Ocupacional
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